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La piel del pie presenta unas características muy diferentes a las del resto del cuerpo. De hecho, es mucho más gruesa y contiene menos grasa que la piel de la cara. Este último aspecto hace que sea propensa a secarse y a necesitar de una mayor hidratación. Un claro ejemplo de ello son los talones agrietados.

Cuando la piel de la zona del talón se seca en exceso, se pone dura y se empieza a desgarrar y agrietar. Hay diversos factores que lo provocan, siendo los más habituales la falta de hidratación y elasticidad de la piel. En un principio, no se trata de un problema grave; pero, si continúa con el tiempo sin tratarse, puede llegar a ser doloroso.

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¿Por qué aparecen los talones agrietados?

Los talones agrietados son un problema muy frecuente. La principal causa es la falta de hidratación, lo que hace que la piel se vuelva seca. Así es como surgen las típicas durezas en los talones, que se representan en forma de grietas perpendiculares y en una mayor dureza y ausencia de elasticidad de la piel.

Los talones secos se asocian con la edad. Durante el proceso de envejecimiento, el cuerpo va perdiendo agua, por lo que se reduce la hidratación. Hay diversas zonas de la piel en donde la disminución de agua es más acusada. Y una de estas zonas es, precisamente, la de los pies y los talones.

Pero, a su vez, las grietas en los talones pueden deberse a una serie de agentes externos. Las altas temperaturas provocan que la piel se seque si no recibe la hidratación y protección adecuada. Lo mismo ocurre cuando este calor viene acompañado de una falta de sudoración de los pies.

Hay otros motivos menos frecuentes, pero que también pueden ser los causantes de la aparición de los pies agrietados:

  • Llevar un calzado inadecuado o andar descalzo mucho tiempo.
  • Enfermedades como la diabetes o tratamientos como la diálisis, la quimioterapia o la radioterapia
  • No llevar una dieta sana y equilibrada y beber poca agua, lo que perjudica a la piel.
  • Consumo excesivo de alcohol y/o tabaco.
  • Bañarse con frecuencia con agua muy caliente.

Cómo cuidar y tratar los talones agrietados

Para cuidar y tratar los talones agrietados, suelen recomendarse una serie de medidas y recomendaciones.

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Usar guantes

Una de las medidas más efectivas para evitar los nudillos secos y agrietados es llevar guantes. Esta prenda no sólo protegerá tus manos del frío extremo y la humedad, sino también de los productos abrasivos y los elementos químicos. De hecho, el frío es uno de los causantes principales de las manos agrietadas.

Tanto si sales a la calle como si debes limpiar en casa, utiliza siempre guantes para proteger la piel de tus manos. Si ya tienes las manos irritadas, te vendrán muy bien los guantes con forros de algodón o menos ajustados.

Hidratar la piel

Es muy importante mantener siempre la piel hidratada para que esta no se seque ni se agriete. Las cremas hidratantes son la mejor solución al respecto. Existen en el mercado diversas cremas específicas para la piel de los pies. Su uso diario permitirá que la piel se mantenga siempre fresca y saludable. En la fase inicial del problema, son muy beneficiosas las cremas con urea, vaselina o ácido hialurónico. Como la crema reparadora de pies con ácido salicílico que hidrata y calma la piel dañada.

Llevar un calzado adecuado

Un calzado inadecuado es uno de los factores de aparición de las durezas en los talones. Es aconsejable utilizar un calzado amplio, que no apriete el pie demasiado y con un tacón con un máximo de 3 centímetros. El talón no debe estar comprimido ni debe desplazarse por el interior del zapato. De lo contrario, quien sufrirá las consecuencias será la piel.

Cuidar la alimentación y la hidratación

Como sucede en otros casos de piel seca y agrietada, llevar una buena alimentación e hidratación son factores claves. Hay que beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día y tomar alimentos ricos en vitaminas, minerales y antioxidantes. Las frutas y verduras, las nueces y los pescados grasos son los alimentos que no deben faltar en tu dieta.

 

Proteger la piel del sol, la humedad y el frío

Los agentes climatológicos como el sol, la humedad y el frío también están entre las principales causas de los talones agrietados. En verano, por ejemplo, es necesario que uses el protector solar también en los pies. Asimismo, debes llevar en invierno un tipo de calzado y otras prendas que protejan tus pies del frío y la humedad.

Acudir a un especialista

Si el problema de talones agrietados se alarga en el tiempo o se agrava, lo más recomendable es acudir a un podólogo. En función del tipo de sequedad que tengas, este especialista determinará el tratamiento a seguir. Lo habitual es que le recete al paciente cremas específicas y le elabore una lista de rutinas y cuidados que deberá seguir. El podólogo también puede comprobar el origen del problema y descartar o no que se trate de una enfermedad de la piel.

Hay quienes piensan que el problema de los talones agrietados solo se da en verano. Sin embargo, es un trastorno que puede aparecer en cualquier momento del año si no cuidas tu piel de manera óptima. Las personas que tienen la piel seca, pasan mucho tiempo de pie o llevan un calzado inadecuado, son más propensas a tener grietas en los pies. Mantener la piel siempre hidratada y protegida y llevar una alimentación sana son algunos de los remedios de prevención que deberás tener en cuenta.

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