Consejos para una rutina de cuidado de pies en casa
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La piel es más elástica y resistente cuando está más hidratada.
El cuidado se pies ha de convertirse en uno de los hábitos más importantes
dentro de nuestra rutina diaria. Sobre todo cuando llegamos cansados a casa, después de una dura
jornada
laboral.
Y, sin embargo, es muy probable que a esta parte de nuestro cuerpo no le prestemos la debida
atención.
Mantener la piel de los pies hidratada
supone aportarles una excelente protección frente a las infecciones,
durezas y callosidades. No importa la época del año en la que nos encontremos.
Debemos cuidar de forma continua nuestros pies en todas las etapas de la vida,
pero especialmente con la madurez, para mantenerlos siempre saludables.
Beneficios del cuidado de los pies en casa
Unos pies saludables nos ayudarán a estar más activos, a mantener mejor el equilibrio y a prevenir
infecciones. Pero
además, este cuidado nos permitirá poder caminar durante más tiempo, con las ventajas para la salud
que conlleva.
Si una persona no es capaz de caminar adecuadamente, por no disponer de un buen cuidado de pies,
va a
perder fuerza y
flexibilidad en las piernas. Además, es muy probable que se altere su postura y aumente el
riesgo de que
se formen
coágulos en sus piernas. Si no se camina, la persona puede desarrollar, con el tiempo, dolor de
espalda
y problemas de
obesidad.
¿Por qué cuidar los pies?
Los principales beneficios del cuidado de los pies se podrían resumir en los
siguientes:
- Nos permitirá estar más activos.
- Disfrutaremos de un peso y un ritmo de vida más saludables.
- Podremos participar en más actividades fuera de casa.
- Se podrán prevenir infecciones y durezas.
- Mejoraremos el equilibrio.
- Mantendremos siempre nuestra independencia.
Consejos para cuidado de pies en casa
En la actualidad, hay muchas clínicas especializadas a las que podemos acudir para recibir un cuidado
en
los pies
profesional. Sin embargo, no podemos acudir todos los días a este tipo de centros, por lo que
tenemos
que acostumbrarnos
a adquirir el hábito de cuidar nuestros pies de forma periódica en casa.
Mantener los pies limpios
Es muy importante que todos los días podamos lavar con agua tibia nuestros pies y
secarlos muy bien, pasando la toalla
entre los dedos. Hay que evitar la costumbre de dejar los pies en remojo, ya que esto, lo que
provocará,
es que la piel
se reseque y pierda su hidratación.
Una buena opción para lavar tus pies es tomar un baño relajante. Puedes
preparar agua
caliente y añadir sal gruesa,
sales esenciales, vinagre de manzana o bicarbonato sódico. Un baño de este tipo no solo
relajará tus
pies, sino también
tus piernas, y te ayudará a descargar tensiones acumuladas y mejorar la circulación.
Crema o loción humectante
Precisamente, para prevenir la sequedad de la piel podemos aplicar en nuestros
pies
una crema renovadora de pies. Tan
solo debemos aplicar la crema en la planta y sobre el pie, pero nunca entre los dedos. Estos
deben
permanecer secos para
que no aparezcan posibles infecciones. Las cremas humectantes ayudan a
mantener
sana la
barrera protectora de la piel.
Piedra pómez para las durezas
La piedra pómez es perfecta para tratar las rugosidades de los pies.
Debes pasarla sobre la piel húmeda, en una sola dirección y sin raspar muy a fondo. En ningún momento utilices cuchillas de afeitar o líquidos para eliminarlas, ya que puedes producir heridas e infecciones en los pies.
Las uñas deben cortarse cuando estén secas y no mojadas, ya que
al estar húmedas pueden rasgarse al cortarlas. Es recomendable un
corte recto y limando las esquinas.
De hecho, no se deben cortar las esquinas ya que pueden hacer que en un futuro las uñas crezcan hacia dentro de la piel.
Otros consejos para el día a día
La circulación de los pies
Si vas a pasar mucho tiempo sentado, lo mejor para el cuidado de pies es elevarlos o mantenerlos
en alto.
Evita la
costumbre de cruzar las piernas por periodos largos, y ve moviendo en ocasiones los dedos si
estás mucho
tiempo parado.
También es recomendable mover los pies haciendo círculos con los tobillos para mejorar la
circulación.
Los zapatos deben ser lo más cómodos posible para el cuidado de pies. Unos zapatos que te
permitan
siempre mover los
dedos y con los que no sientas los pies apretados. Precisamente, si los zapatos te aprietan
es muy
probable que en poco
tiempo aparezcan ampollas.
En definitiva, el cuidado de pies es una tarea fundamental que debemos
realizar
prácticamente a diario. A medida que
pasan los años, nuestros pies se van desgastando, por lo que requieren de mayores cuidados.
A tenor de
los beneficios
que se pueden obtener, merece la pena dedicar, al menos unos minutos al día a esta
actividad.