Cuidar de nuestra piel es un asunto que tiene importancia a cualquier edad, pero a partir de los 30 años se ha de convertir en un hábito completo, cotidiano y regular, si quieres preservar la salud y belleza de toda tu piel durante muchos años más.
La llegada del trigésimo cumpleaños es, para la mujer, un hito en muchos sentidos. Entre cambios, aprendizaje y novedades, comienzan a establecerse algunos hábitos. A partir de los treinta años la salud, tanto física como emocional, depende mucho de los cuidados y rutinas diarias.
Comenzar, a partir de los treinta años, una rutina de cuidados de la piel contribuye en gran medida a que se mantenga saludable y, por consiguiente, tersa, radiante y hermosa.