Herpes labial: causas y tratamientos
Suele ser común que en algún momento las personas experimenten la aparición de ampollas pequeñas sobre el labio o su alrededor. Esta afección puede estar asociada al herpes, que se manifiesta en pequeñas burbujitas en la piel, llenas de líquido, y que por lo general desaparecen después de unas semanas. En específico, el herpes labial se genera como consecuencia del virus herpes simple o VHS tipo 1.
Existen algunos tratamientos que pueden ayudar a aliviar el ardor, picor o cualquier tipo de malestar originado por las lesiones, además de controlar el brote; pero no existen medicamentos que curen completamente el herpes en el labio. Sin embargo, sí es importante conocer más de qué se trata esta infección, las causas que la provocan y algunos tratamientos que puedes seguir para aliviar sus efectos.

Los síntomas del herpes pueden manifestarse hasta después de catorce días de haber estado en contacto con una persona infectada. Estos signos se pueden dividir en cuatro etapas clave:
Síntomas del herpes labial
1. Hormigueo o picor en la zona: normalmente este signo se hace presente un día antes de que empiecen a aparecer las ampollas en la piel.
2. Aparición de ampollas: éstas pueden surgir directamente en el labio, cerca de la nariz o incluso dentro de la boca, aunque estas últimas resultan menos frecuentes.
3. Las ampollas se rompen y desprenden líquido: al reventarse, las ampollas dejan llagas que poco a poco se van convirtiendo en una capa dura o costra.
4. Aparición de costras: al cabo de unos días, la piel va soltando estas costras. Lo recomendable es no romperlas, porque aparecen para proteger y sanar el área.
Si es la primera vez que aparece el herpes, la persona puede presentar múltiples síntomas como: fiebre, dolor de garganta, dolor de cabeza o en encías, dolores en los músculos, hinchazón en los labios y hasta inflamación de los ganglios linfáticos.
Herpes labial: causas principales
La causa del herpes en el labio se debe fundamentalmente al contacto con el virus de herpes simple tipo 1 o VHS-1, y genera una afección en los labios o en las zonas cercanas. Este tipo de herpes puede contagiarse al tener contacto con una persona infectada, que es transmisora del virus, aunque esta nunca sufra de algún brote o se mantenga asintomática.
Si las ampollas están llenas de líquido y se revientan, el virus puede propagarse más rápidamente a través de los estornudos o la tos. El virus, al entrar en la persona sana, puede que no genere los síntomas de inmediato, pero si la persona sufre de algún estrés externo, mucha fatiga, alguna otra enfermedad, cambios hormonales, o exposición fuerte al sol, puede hacer que empiecen los síntomas y se produzca la aparición de las ampollas. Un rebrote del herpes labial también puede suceder si se está expuesto a las citadas condiciones.

Tratamientos y prevención
El herpes no se cura, pero sí puedes aplicar algunos medicamentos que alivien las sensaciones de picor o ardor, y hasta acortar la duración de estos síntomas.
Entre los tratamientos que puedes utilizar para reducir los efectos del herpes de labio se encuentran:
- Compresas frías o calientes: aplicar algo frío o caliente sobre el herpes puede ayudar a reducir el dolor.
- Usar jabón antiséptico: es ideal que las ampollas se laven con un jabón antiséptico que ayude a prevenir una lesión más grave a causa de gérmenes externos.
- Evitar los alimentos salados o picantes: las comidas que tengan mucho picante o sal, e incluso las bebidas muy calientes, pueden agravar el malestar.
- Uso de analgésicos: pueden utilizarse en caso de que el dolor sea muy fuerte y no se pueda soportar.
- Usar cremas o apósitos: los bálsamos o cremas hidratantes, además de apósitos o pequeñas compresas que se aplican sobre las ampollas, pueden servir para protegerlas y evitar las molestias o la sobreexposición a factores del ambiente. La crema hidratante con protección solar de CeraVe además de mantener hidratada la piel de los labios, ayudará a proteger la zona afectada de los efectos nocivos del sol.
En cuanto a la prevención, es importante que la persona infectada no comparta sus cubiertos o algún otro utensilio con el que haya tenido contacto, de la misma forma que debe evitar los besos o el contacto directo con otras personas.
A su vez, usar cremas hidratantes es una manera de mantener los labios sanos e hidratados. Igualmente, puedes utilizar lápiz labial con protector solar, para evitar la constante exposición a los rayos ultravioleta. Resulta esencial, por supuesto, evitar las situaciones que originen mucho estrés; además de descansar y cuidar la alimentación.