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Se trata de una zona de la piel que se abulta o engrosa y puede deberse a muchas causas. Es común que estas zonas sean más duras y escamosas lo que provoca que sean incómodas.

Entre los muchos problemas a los que puede enfrentarse tu piel, seguro que has escuchado hablar sobre la queratosis y quieras saber de qué se trata. Se trata de un engrosamiento de la piel debido a varias causas. Dependiendo de la forma en la que se manifieste, esta afección puede aparecer a distintas edades y puede implicar distintos niveles de riesgo. Además, su aspecto se puede mejorar siguiendo algunos cuidados y, en algunos casos, incluso se puede evitar su aparición.

Hoy repasamos los tipos que existen y cómo reaccionar ante ellos si se manifiestan en alguna zona de nuestra piel.

Tipos de queratosis

Existen tres tipos bastante habituales que se pueden manifestar en tu piel: pilar, seborreica y actínica. Vamos a repasar cada uno de ellos para saber identificarlos y darles el cuidado que necesitan en cada momento.

Queratosis pilaris.

Se trata de una afección en la piel que no resulta perjudicial para la salud y que es más frecuente de lo que podemos imaginar. Suele aparecer en los niños y desaparece alrededor de los 30 años, aunque lo cierto es que se puede manifestar a cualquier edad. Puedes identificarla por la aparición de puntos o bultos muy pequeños en la piel, especialmente si se encuentran en los brazos, los muslos, las mejillas y los glúteos. Y, aunque no duelen ni pican, es cierto que la zona donde aparecen suele ponerse áspera y secarse, y su aspecto puede empeorar con los cambios de estación.

Lo positivo de este tipo de queratosis es que no es perjudicial y no es necesario que un médico la trate, si bien es recomendable usar cremas altamente hidratantes para mejorar su aspecto.

Queratosis seborreica.

Es un tipo de protuberancia que aparece en la piel conforme nos hacemos mayores y, pese a su aspecto, no se trata de una afección cancerosa. Por lo general, se trata de un crecimiento que tiene aspecto ceroso o que tiene una apariencia similar a una verruga, y puede ser de color marrón o negro. Es normal que los encuentres en la cara, el pecho, los hombros o la espalda y, aunque puede aparecer solo uno, lo normal es que se manifiesten en grupo.

No es necesario tratarla si es seborreica, puesto que no es dañina para la salud y no es contagiosa, aunque puedes acudir a un médico para su extirpación por motivos estéticos o bien porque pueden llegar a irritarse o a sangrar con el roce de la ropa. Sin embargo, no dudes en consultar con un especialista si notas que aparecen muchos en poco tiempo, o bien si junto con ellos aparecen otras llagas o heridas en la piel que no llegan a curar.

Queratosis actínica.

Aparece como un parche o una mancha pequeña en la piel, como consecuencia de la exposición al sol durante muchos años. Por eso, también se la conoce como queratosis solar. Este tipo de afección aparece en personas a partir de los 40 años y se manifiesta especialmente en el rostro, los labios, las manos, las orejas, el cuello, el cuero cabelludo o los antebrazos.

El aspecto de este tipo de afección puede tener forma de mancha áspera, seca o escamosa que tiende a provocar picor o ardor. En algunos casos también puede estar un poco elevada, como si fuera una verruga, y de colores que pueden variar del rosa al marrón.

Aunque solo un pequeño porcentaje de este tipo de afección derivan en cáncer de piel, es recomendable evitar la exposición prolongada al sol y visitar a un especialista si se identifica una mancha de este tipo en cualquier lugar de la piel, especialmente en las zonas más expuestas a los rayos UV.

Cómo prevenir la queratosis actínica

Este tipo de queratosis puede derivar en cáncer de piel y por ello es importante consultar con un especialista desde las primeras señales. Además, tomar algunas precauciones es imprescindible para que no aparezca, especialmente en climas soleados y en personas con la tez y los ojos claros.

Las indicaciones más recomendables para evitarla son:

- Evita exponerte al sol durante largas horas y, si lo haces, evita las franjas en las que los rayos UV son más intensos y perjudiciales para la salud de tu piel.

- Usa protector solar todos los días del año. En la cara, aplica siempre un protector solar para rostro factor 50. En el cuerpo, siempre que te vayas a exponer al sol como por ejemplo cuando vayas a la playa, a la piscina o a practicar deportes al aire libre. Recuerda también volver a aplicar protector al salir del agua, o en su defecto, cada dos horas.

- Utiliza prendas que te cubran del sol como los sombreros cuando la exposición sea muy intensa o prolongada.

- Evita los tratamientos con rayos UV para evitar que la piel trabaje en exceso para protegerse de ellos.

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