¿Qué es el eczema?
El eczema es una afección cutánea no contagiosa que irrita e inflama la piel, con los subsecuentes picor y sangrado si se rasca. Las causas del eczema abarcan diversos factores, incluidos la genética, un sistema inmunitario demasiado reactivo, condiciones ambientales y sustancias químicas agresivas1. También suele vincularse a una barrera de la piel en riesgo3 que permite la evaporación de la hidratación y, por tanto, deja la piel vulnerable ante posibles irritantes. Aparte de estas causas del eczema, es posible que ciertos desencadenantes específicos provoquen brotes. Entre los más comunes se encuentran los tejidos ásperos como la lana, el frío y el calor extremos, jabones y detergentes, caspa animal o, incluso, resfriados e infecciones respiratorias4. Evitar dichos desencadenantes y saber cómo tratar los signos del eczema al mantener la piel hidratada y calmar la irritación son clave para ayudar a minimizar y mejorar los rebrotes5.
¿Qué aspecto tiene el eczema?
Si no sabes con certeza si tienes síntomas de eczema o signos de otra afección cutánea, quizá hayas buscado imágenes de dermatitis atópica en internet. Es importante recordar que los signos del eczema pueden variar desde leves hasta graves. El eczema leve posiblemente se manifieste como piel seca y descamada, mientras que los síntomas de la dermatitis atópica grave pueden incluir irritación e inflamación extremas junto a microfisuras y supuración. El picor persistente constituye otro signo del eczema6. La mejor forma de garantizar un diagnóstico correcto es acudir a un dermatólogo para que determine la causa de los síntomas cutáneos.
Tipos de eczema
En realidad, el eczema es un conjunto de afecciones cutáneas que causan irritación, picor e inflamación en la piel. Aparte de los tipos de eczema más frecuentes (la dermatitis atópica), la Asociación Nacional del Eczema estadounidense explica que existen otras variantes.1
Dermatitis por contacto. A diferencia de la dermatitis atópica, el eczema de contacto aparece cuando la piel toca directamente un irritante específico y, como resultado, se inflama, irrita y provoca sensación de quemazón. Entre las causas de la dermatitis de contacto más comunes se incluyen las sustancias químicas, los detergentes, los vapores, el humo del tabaco, pinturas, la lejía, la lana, los productos para el cuidado de la piel con alcohol, jabones o fragancias y alérgenos como el polen o la caspa animal1.
Dermatitis seborreica. Común en zonas con una alta concentración de glándulas sebáceas (como la parte superior de la espalda, la nariz o el cuero cabelludo), este tipo de eczema no es consecuencia de una reacción alérgica, sino que se cree que microorganismos como los hongos influyen en su aparición. La dermatitis seborreica provoca la costra láctea en bebés y la caspa en adultos; los síntomas de la dermatitis seborreica pueden abarcar desde descamación seca hasta caspa grasa e inflamación7.
Eczema dishidrótico. Es probable que las ampollas pequeñas e irritadas que aparecen en los bordes de los dedos, las palmas de las manos, las plantas y los dedos de los pies sean eczema dishidrótico o dermatitis dishidrosis. En combinación con estos signos también pueden producirse descamación, microfisuras y dolor. El estrés y las alergias son los desencadenantes más frecuentes, y este tipo de eczema es el doble de común en mujeres que en hombres8.
Eczema numular. Esta forma de eczema puede aparecer a cualquier edad, pero la dermatitis en forma de moneda que produce se distingue visualmente de la de otras variantes. Se cree que los síntomas del eczema numular son consecuencia de las picaduras de insectos o de la sequedad de la piel durante el invierno9.
Dermatitis por estasis. También denominada eczema gravitatorio o eczema venoso, esta afección cutánea se relaciona con problemas circulatorios que derivan en la hinchazón y la acumulación de líquidos en la parte inferior de las piernas. Aparte de la filtración de los fluidos en las venas a la piel, este tipo de eczema también provoca inflamación, irritación, descamación y dolor10.